Mi primer recuerdo de este tenor, está en una cinta de vhs, de Il Trovatore en la Arena di Verona, que rondaba por mi casa (era de mi padre), yo por esa época tenía 13 o 14 años y no me gustaba la ópera, pero me enganche a ver esa cinta, y me llamo la atención, por varios motivos, por un lado la puesta en escena tan espectacular ( seña de identidad del maravilloso coliseo de Verona) y por otro lado, un cantante de los que participaban en esa representación (les recuerdo que yo era un chaval). El cantante, me mire la carátula del vhs, era Franco Bonisolli, y en la representación era Manrico, estaba esplendido, lanzado, casi poseso…y en uno de los fragmentos (mas tarde conocí la famosa cabaletta “Di quella Pira”) lo cantaba tan bien y acababa en un agudo interminable, que la gente después de mucho aplaudir, lograba que la repitiera de nuevo (mas adelante, comprobé que era un signo de identidad de Bonisolli, el bisar dicha cabaletta).
Al ir entrando y paladeando el mundo de la ópera, fui descubriendo que era todo un personaje, muy excéntrico, pero dotado de una voz fuera de serie. Memorables sus Manricos (Trovatore), una magnifica versión de La donna del Lago (junto a Caballe y considerada de referencía), buen Radames (Aida), gran Don José (Carmen, una grabación en directo con Berganza).
La verdad es su “excentricidad”, le fue ganando terreno y es recordado, por sus “shows” (incluido algún enfrentamiento con el público), admiraba a Franco Corelli, con el que a parte de su potente voz de tenor y que el rol fetiche de ambos, también compartió día y año de fallecimiento (30 de Octubre de 2003). Pero desde aquí animo a los aficionados de la ópera, que busquen y oigan sus grabaciones, encontraran un tenor como pocos ha habido en la larga historia de este arte, con un caudal de voz y una entrega sin par en el ultimo cuarto de siglo XX.
Una de las locuras mas recordadas, por haber sucedido en el Liceu, y porqué además esta grabada (la podeis escuchar en el reproductor de este blog), sucedió en 1983 cuando en la representación de Il Trovatore (como no!), y al atacar el Do agudo final de la cabaletta “Di quella pira”, se le quebró la voz en un gallo, que provoco disparidad de opiniones entre el público del coliseo barcelonés, entonces al salir a saludar, y mientras se rapartian los abucheos y los aplausos, soltó un Do agudo sin acompañamiento orquestal, que hizo que la gente enloqueciera (el era así), posteriormente anunció que para compensar al público del teatro ofrecería un recital el solo con orquesta (que por suerte esta grabado) y que resulto ser una noche histórica en la memoria del Teatro, porque en ese recital, lo cantó todo , y por cierto es uno de mis mas queridos recuerdos (me lo paso un compañero - gracias Rafel - en cassette y lo escuché cientos de veces en mi coche y en casa).
Una de sus ciudades fetiche y donde mas fue admirado y querido fue Viena, donde debuto en 1962 (con apenas 24 años) y fue también allí donde hizo sus ultimas apariciones en el 2000 (con 62 años y prácticamente retirado, aun canto funciones de Trovatore, haciendo enloquecer al exigente público vienes).
Uno de sus sonados “escándalos” sucedió en Bilbao en 1982, cuando en una velada en la que debía cantar “Caballería Rusticana” y “Pagliacci” , donde al final de la primera se fue quedando sin voz, y al iniciarse la segunda, salió a “cantar” (solo recitó) vestido de calle, lo que provoco una sonora bronca por parte de los asistentes, que le increpaban que se marchara.
En fin, fue un cantante que para bien o para mal, pasara a la historia de la ópera, y en mi caso particular, le tengo una fuerte admiración, pues ante todo su voz y su entrega estaban fuera de toda duda.
Al ir entrando y paladeando el mundo de la ópera, fui descubriendo que era todo un personaje, muy excéntrico, pero dotado de una voz fuera de serie. Memorables sus Manricos (Trovatore), una magnifica versión de La donna del Lago (junto a Caballe y considerada de referencía), buen Radames (Aida), gran Don José (Carmen, una grabación en directo con Berganza).
La verdad es su “excentricidad”, le fue ganando terreno y es recordado, por sus “shows” (incluido algún enfrentamiento con el público), admiraba a Franco Corelli, con el que a parte de su potente voz de tenor y que el rol fetiche de ambos, también compartió día y año de fallecimiento (30 de Octubre de 2003). Pero desde aquí animo a los aficionados de la ópera, que busquen y oigan sus grabaciones, encontraran un tenor como pocos ha habido en la larga historia de este arte, con un caudal de voz y una entrega sin par en el ultimo cuarto de siglo XX.
Una de las locuras mas recordadas, por haber sucedido en el Liceu, y porqué además esta grabada (la podeis escuchar en el reproductor de este blog), sucedió en 1983 cuando en la representación de Il Trovatore (como no!), y al atacar el Do agudo final de la cabaletta “Di quella pira”, se le quebró la voz en un gallo, que provoco disparidad de opiniones entre el público del coliseo barcelonés, entonces al salir a saludar, y mientras se rapartian los abucheos y los aplausos, soltó un Do agudo sin acompañamiento orquestal, que hizo que la gente enloqueciera (el era así), posteriormente anunció que para compensar al público del teatro ofrecería un recital el solo con orquesta (que por suerte esta grabado) y que resulto ser una noche histórica en la memoria del Teatro, porque en ese recital, lo cantó todo , y por cierto es uno de mis mas queridos recuerdos (me lo paso un compañero - gracias Rafel - en cassette y lo escuché cientos de veces en mi coche y en casa).
Una de sus ciudades fetiche y donde mas fue admirado y querido fue Viena, donde debuto en 1962 (con apenas 24 años) y fue también allí donde hizo sus ultimas apariciones en el 2000 (con 62 años y prácticamente retirado, aun canto funciones de Trovatore, haciendo enloquecer al exigente público vienes).
Uno de sus sonados “escándalos” sucedió en Bilbao en 1982, cuando en una velada en la que debía cantar “Caballería Rusticana” y “Pagliacci” , donde al final de la primera se fue quedando sin voz, y al iniciarse la segunda, salió a “cantar” (solo recitó) vestido de calle, lo que provoco una sonora bronca por parte de los asistentes, que le increpaban que se marchara.
En fin, fue un cantante que para bien o para mal, pasara a la historia de la ópera, y en mi caso particular, le tengo una fuerte admiración, pues ante todo su voz y su entrega estaban fuera de toda duda.
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