miércoles, 27 de agosto de 2008

El porqué de la llamada edad de oro


Entre los aficionados y entusiastas de la ópera, llamamos edad de oro a los años (aproximadamente) que van entre 1940 y 1980, estos cuarenta años abarcan la mayor concentración de cantantes y de nivel que ha habido a nuestro modesto entender.

La “discusión” que salta muchas veces, es entre los partidarios de esa llamada edad de oro y los que opinan que hoy en día estamos a un nivel , sino igual a veces incluso superior, pues voy en mi modestia a desgranar algunas diferencias y motivos por los que yo y muchísimos mas aficionados, consideramos que como decía la canción: “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

-Antes de 1940, la ópera como arte-espectáculo, ya había experimentado un “boom”, fue con Caruso, Gigli, Fleta … cuando la ópera paso a niveles insospechados tanto de popularidad (aunque antes e incluso hoy en día se consideraba aún un espectáculo elitista – gracias a Dios cada vez menos, y estamos logrando derrumbar ese cliché – y para gente con posibilidades), fue Caruso quien empezo cobrando cantidades por contrato inmensas cuando iba de gira por América (antes eran meses de gira, a principios del siglo XX).

-Es difícil establecer un inicio, he dicho 1940 pero es una fecha puramente orientativa, lo que si es cierto, que esa famosa edad de oro, se inició justo antes de la mitad del siglo XX, esa época se ha destacado por una cantidad inherente de cantantes, en todas las cuerdas, en todos los estilos, lo que propicio que se pudieran formar grandes repartos, en muchos teatros y que hoy en día podamos tener grabaciones en las que no solo hay una figura , sino que se conseguía una homogeneización de la calidad fuera de lugar y de duda, lo que al final desembocaba en un gran placer para, primero el público que estaba en la sala y segundo los que a lo largo de los años hemos disfrutado de esas grabaciones una y otra vez.
No voy a nombrar listas de cantantes, pues realmente sería larga y tediosa, pero es importante destacar que hoy en día (mas de medio siglo después) es difícil, por no decir imposible en la discoteca de cualquier aficionado no encontrar no una, ni diez, sino muchísimas de esas grabaciones, yo mismo me miro en mi catalogo de óperas y en la columna “año” la inmensa mayoría están en esa franja antes comentada (1940-1980) y me atrevo a decir que dentro de medio siglo más (no estaré para corroborarlo) seguirán estando esas grabaciones en cualquier colección pues han sido, son y serán (a pesar de algunos) referencias en la ópera.
Es curioso, que antes la ópera era un espectáculo muy “de cartón piedra”, en esos años (y ya no digamos antes), la posibilidad de un gran decorado, impresionantes vestuarios e incluso efectos era muy pobre, basta con ver representaciones (pondré una de ejemplo, La Forza del Destino, 1958 San Carlo de Nápoles, con Tebaldi, Corelli, Bastianini, Siepi . . .que por suerte esta en soporte audiovisual, pues la verdad es que casi el 100% del decorado era lona y cartón, y ya lo creo que se ve que es “cutre”, pero a alguien le importa, pues a mi NO, con ese reparto como si cantaban en medio del campo, y ojo el San Carlo ha sido y será uno de los grandes Teatros de Europa.) Hoy en día es todo lo contrario (y no por decir esto, estoy en contra de los decorados y directores de escena), hay grandes producciones, con decorados mas que reales, y una ambientación preciosa, pero que se echa en falta…las voces, el reparto que antes he comentado, es imposible reunir nada parecido hoy en día, porqué por desgracia no hay cantantes de ese nivel, ni de estar cerca de ellos.
El otro día explicando este tema a un amigo le hacía un poco una evolución, se puede decir que la primera mitad del siglo XX , los que tenían el poder absoluto eran los directores de orquesta (muchos de ellos, habían tenido la gran suerte de conocer a los compositores y se consideraban sus testaferros), a partir de lo que yo llamo la edad de oro, o sea de 1940 en adelante, se produjo un equilibrio muy interesante entre los cantantes (primeras figuras o también llamados divos) y los directores de orquesta, en esa época hubo grandísimos directores (Molinari-Pradelli, Gavazzeni, Gardelli, Rescigno…etc) en la que ni unos ni otros mandaban, solo se respetaban y lograban grandes resultados (aunque me aventuro a decir que si se tenía que decantar la balanza, y el cantante era un gran divo, ya sabemos de donde caía), pero a partir del final del siglo XX, apareció en escena un nuevo elemento, el Director de Escena, su entrada en este baile de poderes, fue como el de un elefante en una cacharrería, y con una velocidad impresionante ha tomado el timón de las producciones y el es quien corta cabezas y quien impone, tanto al cantante como al propio director musical (hay muchos directores, grandes directores, con años y años de carrera, que están hartos y lo han expresado públicamente mas de una vez). Hoy en día se han rechazado cantantes, por parte del director de escena, porqué físicamente no daban el papel (aunque vocalmente si lo dieran), se han hecho puestas en escena, cuyo único objetivo era la provocación del público (que han acabado en sonora pitada, para el responsable – director de escena - , pero a el le da igual, así mas contratos).
Y aquí es donde llegamos al punto de que si en la ópera, que ante todo es voz y música, hay que anteponer la imagen…mal vamos, muy mal. Porqué si no que lugar tienen las grabaciones de audio (no se ve nada, solo se escucha), que lugar tienen las versiones en concierto de tantas y tantas óperas (solo se canta no se escenifica), estoy totalmente de acuerdo en que la puesta en escena es importante, el movimiento y la interpretación también lo son, pero lo que realmente prima, ha primado y siempre debe primar, es la VOZ y la MÚSICA. En los años 50, 60 …etc los cantantes la parte de actor, la iban aprendiendo sobre el escenario, estudiándose el personaje, hoy en día van a clases de interpretación escénica. Los decorados, como antes dije, eran lonas y cartones, pero que mas da, lo que realmente cautivaba a la gente eran las voces, la orquesta, esas bellas melodías, recitativos, arias, cabalettas, duos, concertantes…etc que los grandes compositores habían creado de la nada, y que con gran esfuerzo una orquesta, bajo la inestimable batuta de un maestro, nos interpretaban y la voz, que ponía una soprano, un tenor…etc.

Hoy en día la ópera, esta en un camino peligroso, por suerte (para nosotros, los partidarios de la edad de oro) y por desgracia (para los que creen que hoy en día se va bien), existen esas grabaciones que nos demuestran que hoy en día pocos cantantes, llegan ni a la suela de los antiguos, por mucha interpretación o por mucho físico que tengan, lo que si es cierto, es que si por suerte hoy tuviéramos a un Del Monaco, Corelli, Bergonzi, Caballe, Callas, Tebaldi, Simionato… los demás tendrían que echarse a un lado y dejar paso a los grandes a las grandes y verdaderas voces.

Por cierto, si hoy en día el grandísimo (en todos los sentidos) Pavarotti empezara a cantar, quien sería el director de escena valiente que le diría que no sirve para Duca di Mantua…

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