El domingo pasado, a las 20 horas y con inusitada puntualidad, retronaban en nuestro querido coliseo, las tres primeras notas de Puccini, y se desplegaba ante los ojos del público, lo que visto los aplausos al final de la función, sería otra noche histórica en nuestro Teatro.
En el papel de Tosca, la soprano mundialmente famosa, Daniela Dessì, que de este papel ha hecho una verdadera recreación, como bien nos demostró, impresionante su dúo del primer acto con Mario Cavaradossi, e igualmente al final del mismo acto en su primer encuentro con Scarpia. En el segundo acto, estuvo genial a lo largo de su “lucha” con el Barón, expresiva tanto vocal como corporalmente, emotiva en la bella aria “Vissi d'arte” y en el tercer acto, de nuevo con su Mario Cavaradossi en un duo en el que los dos estuvieron a una altura increible. Fue premiada al final con una ovación de altura por el público Menorquín.
Como Mario Cavaradossi, tuvimos al tenor Genoves, Fabio Armiliato (en la vida real es la pareja de Daniela Dessì), quien desde su aria de entrada “Recondita armonía”, demostro su bella y potente voz, que siguió derrochando en su dúo con Tosca del primer acto, en la breve aparición de su personaje en el segundo acto, estuvo muy bien en la famosa “Vittoria, Vittoria”. Mención aparte merece su tercer acto, la parte mas conocida es el aria “E lucevan le stelle” (popularmente conocida como “adios a la vida”), pero en este acto Armiliato logro no solo emocionar al público con esa pieza, sino que cuajo un acto redondo, con un despliegue vocal y de matices precioso. Como Dessì fue largamente braveado por el público al final de su aria y en los saludos finales.
Como Barón Scarpia, Joan Pons, si me permiten la licencía que decir , lo resumo para mi: Pons es Scarpia y Scarpia es Pons, parece una perogrullada pero es la verdad, es un rol que le ha acompañado siempre y que ver como lo canta e interpreta es sublime. La parte final del primer acto, llena de matices, en su ataque emocional a Tosca, e impresonante en el Te Deum. El segundo acto es un despliegue de Pons, gestos, pianos, filatos...miradas...hace de Scarpia una maravilla (hay que ver con la maldad del personaje y hasta da pena que muera y no salga en el tercer acto). Sin palabras la atronadora ovación y salva de bravos que se llevo en la tanda de saludos finales (con gran estruendo acompañados los aplausos por pataletas del público en el suelo de nuestro teatro)
En lo referente a los secundarios, buena labor de Josep Ruiz, Miquel Sola, Ricard Bosch. Mención aparte para Luigi Roni, que encarnaba al fugitivo Angelotti, este bajo que ya pudimos disfrutar en Menorca en 1995 con Nabucco, es un lujo y una pena que sea un papel tan corto (como curiosidad hablando con el en uno de los descansos, me comentaba que lleva 45 años de carrera y que por ejemplo en La Scala de Milan, ha cantado mas de 560 funciones...eso es nada), un poco indignado y extraño a la vez por mi parte, que al final de la función no salga a saludar, ni siquiera al final del primer acto, grave error de la organización o de la dirección.
El coro, apoyado por refuerzos de la isla, estuvo correcto, se notaron algunos problemas en las entradas del final del primer acto, pero en general muy bien (seguro que en las dos próximas funciones se arregla)
La orquesta y su director, Roberto Rizzi Brignoli, estuvieron irregulares, tuvieron momentos excelentes, pero en algunos otros, las desavenencias y la falta de acoplamiento fueron mas que evidentes, reseñar que el director realiza su labor sin batuta, puedo parecer antiguo, pero si durante decadas o siglos se ha usado, no soy muy partidario (salvo en direccion de corales) de que no se utilice.
Excelente noche en el Teatro de Mahón, espero que las dos próximas funciones, no solo mantengan el nivel, sino que incluso se puedan limar algunas cosas. El fin de semana, espero poder poner un nuevo comentario, explicando por encima lo sucedido en las dos que quedan, y si todo va bien, espero poder poner algunos fragmentos en el reproductor de este blog de la función de estreno.
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