viernes, 12 de diciembre de 2008

LA BOHEME, Mahón 10/12/08

El pasado miércoles por la noche se levantaba el telón del 2º título de la XXXVII Temporada de Ópera en Mahón, el primer título fue I Puritani en Junio (que cosecho un éxito impresionante). El principal handicap al que se enfrentaba esta Boheme era al grato recuerdo que nos dejo la ultima vez que la vimos , allá por el 2002 y con un Aquiles Machado en plena forma cuajando un Rodolfo casi insuperable. Precisamente la producción era la misma de ese año, y que es de copropiedad entre el Teatro de Palma de Mallorca y nuestra asociación.


Encabezando el cast, estaban dos nombre que a pesar de ser desconocidos, han tenido algunas apariciones en los mejores escenarios del mundo, por un lado y encarnando a Mimí, Alexia Voulgaridou, que estuvo bastante irregular y que en ningún momento logro entrar en el enamorado y a la vez triste personaje, su voz poco agradable y con dificultades de emisión, siempre fue a remolque y en la preciosa aría del primer acto “Si mi chiamano Mimí” no logro emocionar al público ni conectar, lo que acabo con una ligera salva de aplausos de cortesía. El resto de la representación estuvo poco agaciada.

Como Rodolfo, el tenor italiano, Maximiliano Pisapia, con mas que deficiente linea de canto, y solo con coraje y fuerza en el registro agudo, estuvo (por desgracía para nosotros –el público-) a la altura de su compañera de reparto, presentaba diferentes colores de voz, según el registro usado.

Buena Musseta de la cantante española, Yolanda Auyanet, quién canto con picardía e inteligencia el bello papel. Marcello, encarnado por Adrian Eröd, estuvo bien, aún que en algunos momentos se le puede achacar la falta de volumen de voz. En el papel de Colline, Carlo Cigni, estuvo poco inspirado y su voz no acabo de encontrar el camino, flojo en su bella aria “Vecchia Zimarra”. Buen papel el de Enrico Marrucci como Schaunard, así como correctos el resto de secundarios.

Buena labor el del coro, Cor dels amics de s’ópera de Maò, (coro aficionado de la isla, por lo que su buena labor debe ser doblemente destacada).

La Orquestra Simfonica de les Illes Balears, estuvo bien musicalmente, bajo la batuta del joven director, Michael Güttler (quien como curiosidad destacar –no me había encontrado nunca- dirigía sentado en un taburete la gran parte de la ópera, el resultado fue bueno, pero a la vista queda muy extraño).

La dirección de escena, a cargo de Dieter Kaegi, correcta, solo apuntar que en el acto final, lo que para mí es algo imprescindible (la cama, donde la pobre Mimí muere) no estaba en el escenario, por lo que tuvo que expirar en un sillón (en el montaje del 2002, con misma escenografía si estaba la cama en cuestión), en fin, pobre Mimí ni un lecho para morir.

La función y a pesar de ser una Boheme, y piedra de toque, no convenció, no calento, ni emocionó (esto en Boheme es muy grave), se noto todo esto en la poca predisposición por parte del público a aplaudir, reseñar por ultimo que el Teatro, presentaba una gran entrada, faltando poco para el lleno. A esta ópera, le quedan 2 funciones, hoy viernes y el próximo domingo, pero un servidor, con la del miércoles ya ha tenido bastante.

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